ATRAPADOS 2.0
No todos los días son iguales les decía siempre Don Horacio a los muchachos en su clase de Lengua y Literatura.
- Levantad la vista y veréis la catedral, el puente romano o aquella estatua dedicada a Fray Luis de León. Además, cada uno lo percibiréis de manera diferente, de una manera distinta… esa es la magia de la vida.
- Sabéis quién era Fray Luis de León, niños? Fray Luis de León fue un poeta que…
Nada. Los niños nunca le escuchaban. Jack estaba todo el día dibujando castillos y dragones
contra los que luchaba en su nueva Nintendo DS. Sonia se pintaba las uñas de mil colores
diferentes, ¡le encantaban... de color rojo, de color verde, de arco iris!. Rasca, así lo llamaban en clase, estaba todo el día escuchando música a escondidas con sus cascos y el nuevo Samsung S4 que le había regalado su padre. Clara vivía en su mundo de fantasía, le encanta
pasarse todas el día viendo la televisión. Pasaba horas y horas viendo La que se avecina, La Voz Kids, Allí abajo… Se acostaba tan tan taaaaan tarde, que algunas veces se quedaba dormida en clase.
Un día, Don Horacio enfermó y estando en su casa se dio cuenta de que sus alumnos se
estaban perdiendo lo que era la vida… ¡no conocían nada!. Si ni siquiera sabían dónde estaba la Cueva de Salamanca…
- Esto tiene que cambiar – se dijo Don Horacio -. Cuando vuelva al colegio hablaré con Nico, que seguro que me ayuda.
Nicolás era un niño de los mayores, le encantaba leer y estaba siempre jugando con sus amigos en la calle. Un día, de camino a casa se lo encontró… ¡y no iba con ninguna maquinita de las de ahora! Don Horacio le comentó que era raro en un niño de su edad y Nico le dijo que le
gustaba ir viendo lo que pasaba en la calle. A partir de entonces iban siempre juntos de
camino a casa y Nico accedió a ayudarle con su plan. A los dos días, cuando Don Horacio se
recuperó y volvió a la escuela, decidió llevarse a sus alumnos a la orilla del río Tormes.
- Niños, hoy vamos al río Tormes. Está prohibido llevar cualquier aparato eléctrico. Nos acompañará Nico, que muchos lo conocéis- dijo Don Horacio.
- ¡Holaaaaa Nico!
Todos emprendieron el camino hacia el río y el profesor los llevó por el centro de la ciudad. Los niños estaban realmente asombrados. Como siempre iban escuchando música o jugando con la Nintendo DS nunca se habían fijado en los edificios, en los pajarillos y en la gran cantidad de árboles diferentes. Además, normalmente, sus ajetreados padres les llevaban en coche.
- La encontré, la encontré. Ahí está la ranaaa! - gritaba Jack entusiasmado.
- ¿Y el astronauta? ¿dónde estaba el astronauta? No lo veo….- preguntaba Sonia.
- Eso es en la Catedral, ahora vamos chicos. Tranquilos.
- Mirad esas golondrinas allí arriba… ¡Qué chulas!- les dijo Nico a los otros niños.
Pero cuando llegaron al río, los niños se empezaron a portar mal. Comenzaron a arrancar
flores, a matar las hormigas que se dirigían a su hormiguero a romper ramas…. De repente,
oyeron una suave voz procedente del interior de la tierra:
- ¡Ay, ay, aaaaaay! ¡Qué dolor! ¡Poooorfaaaavooooor, que me hacéis dañooo!
- ¿Quién habla? – dijo Rasca asustado
– ¿¿¿¿Holaaaa????- preguntó Clara.
- Es la Madre Naturaleza, ¿nunca la habíais escuchado? Mirad, vamos a sentarnos aquí. Cerrad los ojos, y oledla, escuchadla, sentidla… - propuso Nico -. Don Horacio os ha hablado muchas veces sobre ella, pero nunca le escucháis.
Los niños empezaron a escuchar y se quedaron maravillados. Oír el ruido de los pájaros, el
viento o el agua…. ¿Cómo puede ser que nunca lo hayamos oído? Se preguntaba Sonia, ¡esto
es mágico!. La Madre naturaleza les invitó a ir cuando quisieran, eso sí, respetándola y
cuidándola pues le dolía todo porque ya era muy vieja.
Don Horacio, después de un rato, propuso leerles un cuento, a lo que los niños respondieron que era aburrido…que a ellos les gustaba ver dibujos, oír los diálogos.
- Muy bien – respondió Don Horacio-. Cerrad los ojos, y escuchadme así.
Cuando se acabó el cuento los niños estaban maravillados. Habían visto dibujos, habían
escuchado los diálogos… todo fruto de su imaginación…
- Ha sido genial - dijo Jack!-. Los mejores dragones que he visto en mi vida…
- ¡¡ Y eran de muchos colores!! - añadió Sonia.
El tiempo pasó muy rápido y llegó la hora de marcharse. Don Horacio había quedado con los padres en el puente romano, para no hacer regresar a los niños con el calor de Mayo hasta el colegio. Y había invitado a todos a llevar la comida allí y comer todos juntos.
- Vamos Clara, que tengo prisa. Date prisa, que no llego a trabajar. Además, no comemos en
casa que no he tenido tiempo de hacer la comida. Tenemos que ir a comer al Mc Donald’s- le dijo el Señor Cuervo a su hija.
– Jo, papi espera un poco porfa… ¿por qué no traemos aquí la comida?- replicaba Clara, su
hija.
- Jajajajaja. Pero hija, no pretenderas que me quede aquí y me manche el traje. Es de Dolce &
Gabbana.
– Con todos mis respetos, Sr. Cuervo, ¿me concede usted dos minutos?- le preguntó don
Horacio.
- Bueno, dígame.
- ¡Cierrraaaa los ojos S. Cuervo! Ya verás que guaaaay, ¡hay dragones! - le decían los niños.
- ¡Y bailarinas papá, yo quiero ser bailarina!- dijo Clara.
El Señor Cuervo por no escucharlos, cerró los ojos dos minutos y todo el estrés que sufría
desapareció. Al abrir los ojos estaba impresionado. ¡Había olvidado lo que de pequeño vivió!.Y
lo que es peor… se lo estaba negando a su hija.
– De acuerdo, voy al Mc Donalds y traigo la comida aquí, ¿quieres?
– Siiiii, gracias paaaaapiiiii – exclamó Clara, dándole un beso.
Desde entonces, todos los jueves después del recreo de las 12, los niños y Don Horacio bajan
hasta el río Tormes, donde descubren las aventuras de Pinocho, de Aladín, etc. Allí, se olvidan
de la televisión, de la música, de la Play Stasion y la XBbox. Allí, juegan y se divierten en la Naturaleza. Allí, imaginan con la literatura… A las 14:30 se acercan sus padres y comen un
picnic todos juntos.
Jack, el niño que soñaba con ser rey (ANTIGUO REY)
Sonia, la niña feliz, viva y optimista (ANTIGUO PRÍNCIPE)
Don Horacio, el profesor (ANTIGUO CRIADO)
Clara Cuervo, la niña soñadora (ANTIGUO PATO)
Sr. Cuervo, el padre malo ajetreado (ANTIGUO CUERVO)
Rasca, el niño malote (ANTIGUO PEZ)
Nico, el niño empollón (ANTIGUA HORMIGA)
Madre Naturaleza
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